#8

#15

Traía el Sol entre mis manos y me quemó las palmas,
así llegué a palparme la conciencia con timidez.
Pero, mantengo los bordes de mis dedos
perfilados por el calcio.

Así mis caricias afiladas se escamparon por tu piel
dejándome tu cobre incrustado en las yemas.

Tu verde se vuelve enjambre
y los buitres se posan en mis cutículas.

Todo para, refractario,
terminar entre tus piernas,
empapado.

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