#11 AGUANIEVE

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Me ronda el vómito y tu roce me pausa, me ausento a sabiendas y me corto con tu tallo y me encuentro con el riesgo: estoy solo en la mesa y me compran. Y me compras y me rompo. Me compras el farol, me compras cada vez. Descuartizo la semana y te doy los cachos, y te doy mis manchas y te doy mi cadáver y me echo los fachas a la espalda. Y me salvas cada semana, cada jornada Me vendo las palabras tan pronto salen de la boca, lo que queda para el folio es lo que limpio con el cepillo: El olor a resaca, el final del día. No obstante estás en la firma y el riesgo, en el farol y el papel, el dolor y el placer, en la luz y la oscuridad. Estás, hasta en este lento morir.

#26 He tenido un pez entre mis manos, y ahora que hay un enjambre ante mis ojos zurciendo el cielo con sus picos, me cortan las nubes de los besos. Estoy cansado de mover bien los versos, no me sirve. No me sirve, no me sirve, no me sirve... porque ni me place ni me duele... Ya sabes que sólo quiero beber y follar contigo, el ritmo no importa, hasta que sí, el alcohol no importa, hasta que sí. La estrella de mar del mundo sigue aferrada al pedregal de la costa, y mientras me ahogo te abrazo... ...en esta mezcla continua entre el posarme y el meterme me hundo entre tus muslos, medio ensoñado, medio salido. #27 Alitérame la vida, la puta vida de mierda que los pobres tenemos. Nos pondremos el plato en la mesa y nos curraremos un techo, nos dejaremos la muda de piel sobre el día hasta que estemos curtidos para resbalar por el mundo. Aún así, sabes que te traeré el Sol a la puerta, uno y otro día, hasta que una agua turbia me lo impida.