#5

#8

Recorro mis poemas y veo,
en el borde de mis versos,
un reguero de ramos atados.

No tengo remedio
y como la sangre mis venas
mis sentidos conducen mi actos.

Se contonean tus dedos
como unas algas abisales
al ritmo de mis mares
tras romperme la coraza tus caricias.

Me tropiezo con el futuro
atascado en la porción de nubes que me importa,
y terminado el puzzle
empiezo a despiezarme, nuevamente,
con más poemas entre manos que con lo que empecé.


#9

Equilibrado a volantazos,
sigo enloquecido en lo que he sido.
Me da vueltas la cabeza
hasta que encajo los sentidos en mi eje
e inicio la traslación
hasta el encuentro ineludible con tu boca.

Se clava tu lengua entre mis dientes
y vocalizo la magia
que te derrite entre mis manos.

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