#10

#19

Me ahoga el recuerdo
de cuando el mediterráneo no te ahogaba.
Éramos caudal y río,
no tenía entradas y no había rollo.

Mi sonrisa se clavaba en el futuro
y mis ojos levitaban, vacíos de devenires.

#20

El Sol está por todas partes
-a pecho y espalda-
y me acaricias el pecho y la espalda
haciendo que mi alma se serene.

¿Qué aguijones se internaron en mi piel?
Sólo el códice revelado por tu flujo
apaciguó el veneno.

#21

Mis nervios, sedados, se volvieron locos
hasta que el azufre de mi piel se incendió.
Entonces el mercurio hirviente de mi baba
me limpió las palabras
y pude encontrar la oración.

Qué ganas de follarte, mi amor-.

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